martes, 20 de septiembre de 2016

Feliz cumpleaños

Todos tenemos algo que nos marca en la vida. Puede ser un acontecimiento, una persona, una etapa en tu vida, etc. En mi caso, ha sido una serie de libros.

He pasado un par de años en los que me sentía totalmente desamparada. Creía que nadie iba a ser capaz nunca de padecer lo mismo que yo y que, por tanto, estaba destinada a encontrarme sola de por vida. Puede que muchos creáis que esto es algo común en los adolescentes de hoy en día y, puede que tengáis razón, pero ello no quita la intensidad con la que vivimos.

Mientras me hallaba sumida en esa especie de angustia, un grupo de amigos me recomendaron que me leyese Canción de Hielo y Fuego, ya que dentro de poco iba a estrenarse su serie y aseguraban que merecía realmente la pena.

Nunca podré agradecer lo suficiente a George R.R. Martin por volver a sentir empatía, por ver que no estaba sola en mi dolor, por ser capaz de verme reflejada en otros.

Me veía a mi misma en Arya cada vez que me echaba a llorar por poner las noticias y ver que las mujeres estábamos siendo asesinadas por ser consideradas débiles e inferiores. Me veía a mi misma reflejada en Cersei cuando la gente me imponía unas normas sociales y me obligan a considerar ciertas cosas como tabúes a pesar de no hacer mal a nadie. Veía mi frustración en Jaime cuando la gente tampoco confiaba en él por actos ya pasados y que realmente estaban justificados. Me encontraba en un mundo que no era el mío al igual que le pasaba a Daenerys.

Sonreí y lloré mientras leía estos libros. Y creedme que no lo hice sola. Esas historias no son solo historias. Son el reflejo de nuestro mundo. Cuando leía una batalla, no leía cómo mataban a unos personajes ficticios. Leía cómo mataban a gente en Irak, en Afganistán, en Siria. Esos sucesos están pasando ahora mismo. Si yo lloro por la muerte de un campesino de Poniente, en realidad estoy llorando por la muerte de miles de civiles en el mundo bombardeos por el juego de poder entre naciones. Si me identificaba con Arya, me identificaba con cientos de mujeres insumisas que, al igual que ella, luchan cada día por hacerse respetar como persona.

Ellos existen. Poniente existe. Y yo no lo sabía. Por eso ahora mismo se me escapan las lágrimas de agradecimiento hacia el hombre que me enseñó eso. Hoy es su cumpleaños y ojalá pudiese darle cualquier muestra de lo mucho que siento que le debo. 


Martin, gracias por tus esfuerzos, por tu trabajo, por todo el cariño que das a tus fans. Muchas felicidades, de verdad.